La piel del bebé es extremadamente sensible y mucho más permeable a las sustancias que podamos aplicarle. De hecho, durante las primeras semanas de vida, el agua es el mejor limpiador para el bebé puesto que, a diferencia de los jabones alcalinos, protege el manto ácido de la piel. Este manto evita el crecimiento de bacterias, hongos y nos protege contra la contaminación ambiental. Pasado el primer mes o cuando queramos introducir el jabón para la higiene del bebé en el baño, escogeremos uno que sea hipoalergénico y, a poder ser, orgánico. Aún así, añadiremos poca cantidad.
Características del jabón para bebé
Para empezar, nuestro jabón tiene un sobreengrasado del 8% para darle más suavidad y emoliencia.
El aceite base escogido es el aceite de oliva virgen puesto que es suave, calmante e hidratante (el mejor para la piel del bebé).
Este aceite lo maceraremos en caliente con camomila y lavanda para extraer las propiedades calmantes y aromatizantes de esas plantas y le añadiremos una pequeña parte de aceite de ricino (un 8% del total de aceites) para aumentar la espuma del jabón y su dureza. El aceite de ricino, como el de oliva, atrae y retiene la humedad de la piel.
El macerado del aceite le añade un aroma muy ligero, casi imperceptible. Si queremos que nuestro jabón desprenda más aroma, podemos añadir una pequeña proporción de aceites esenciales pero asegurándonos que son seguros incluso para recién nacidos.
Para este jabón, podríamos añadir aceite esencial de manzanilla o aceite esencial de lavanda (los dos seguros) en una proporción muy baja (2% del total de aceites).
Ingredientes para el jabón suave de camomila y lavanda:
A continuación detallamos los ingredientes y las cantidades en gramos con los que elaboraríamos aproximadamente unas 10 pastillas de jabón de unos 150g.
Recordad que es importante pesarlo todo en gramos para que el proceso de saponificación se realice correctamente.
- Aceite de oliva virgen extra – 1000g
- Aceite de ricino – 87g
- Agua destilada (o de lluvia filtrada) – 414g
- Sosa cáustica – 135g
- Manzanilla seca – 40g
- Lavanda seca – 40g
- Aceite esencial de lavanda o aceite esencial de manzanilla– 22g (opcional)
Preparación y materiales del jabón para bebé:
En primer lugar, preparamos todos los ingredientes y materiales que vamos a necesitar.
- Cazuelas de acero inoxidable
- Bol de vidrio
- Espátula de silicona
- Báscula de cocina eléctrica (para pesar en gramos)
- Termómetro de cocina
- Delantal, guantes, mascarilla y gafas
- Batidora eléctrica
- Colador
- Moldes ( silicona, metacrilato o botes de yogur, bricks)
- Toalla
Recordad que debéis usar instrumentos de vidrio, acero inoxidable o silicona. La madera es muy porosa y puede desprender taninos y NUNCA debéis usar instrumentos de aluminio, puesto que reaccionan con la sosa càustica y se os fundirían con la mezcla.
Cómo macerar el aceite
Para esta receta empezaremos con la maceración del aceite con las hierbas secas (camomila y lavanda) puesto que requiere un tiempo aproximado de dos horas. Os detallamos cómo:
- Pesaremos 1300gr de aceite de oliva y le añadiremos 40g de camomila seca y 40g de lavanda seca. (Añadimos 300g más de aceite de los requeridos en la receta puesto que las hierbas van a absorber parte del aceite y, cuando lo filtremos, vamos a quedarnos con menos del inicial)
- Prepararemos un baño maría: pondremos la mezcla de aceite y hierbas en una cazuela o bol de vidrio y lo pondremos encima de otra cazuela con agua, procurando que el agua no toque el recipiente superior. Debemos procurar que la mezcla de aceites no supere los 40 grados para no estropear las propiedades de las plantas (por ello es muy útil un termómetro de cocina).
Lo mantendremos a fuego muy lento por espacio de dos horas. Si vemos que coge demasiada temperatura lo apartaremos del fuego por un tiempo.
Cómo elaborar el jabón casero
Mientras el aceite se va infusionando prepararemos la mezcla de agua y sosa (llamada lejía) y aquí debemos tener en cuenta algunas precauciones:
- Realizad la operación en el exterior.
- Usad los guantes, mascarilla y gafas.
- Recordad echar la sosa al agua, nunca al revés, para evitar salpicaduras.
Para preparar nuestra lejía mezclamos el agua (414g) con la sosa cáustica (135g) y la removemos cuidadosamente hasta que se haya fusionado completamente.
Pasadas las dos horas, volvemos a los aceites macerados y los filtraremos cuidadosamente. Usaremos un colador de malla fina o una tela de quesos o similar.
En nuestro caso hemos realizado un primer filtrado con colador de malla regular y hemos realizado un segundo filtrado con una tela de trama fina.
Así nos hemos asegurado que nos queda solamente el aceite sin restos de hierbas. Los trocitos de hierba pueden ser muy decorativos pero facilitan que el jabón se estropee antes con lo que hemos optado, en este caso, por evitarlos.
Una vez filtrado, nos aseguramos de tener 1000g de este oleato de camomila y lavanda. Si nos faltase aceite, podemos añadir aceite de oliva para llegar al peso necesario. En este punto, le añadimos el aceite de ricino (87g).
Ahora ya podemos mezclar la lejía con los aceites. Es preferible que estén a una temperatura similar con lo que procuraremos que estén las dos mezclas entre 30 y 40 grados. Podemos calentar o enfriar alguna de las dos mezclas para igualar las temperaturas. De esta manera, es más fàcil llegar a la saponificación.
Vertemos cuidadosamente la lejía en los aceites y vamos mezclando manualmente hasta conseguir una mezcla homogénea.
Luego entramos con cuidado la batidora (procurando que no entre aire en la mezcla) y batiremos hasta llegar a la traza.
Sabremos que hemos llegado a la traza si al caer el líquido de la batidora sobre la mezcla queda una marca que tarda a fundirse con el resto. En este punto quitamos la batidora y es el momento de añadir los aceites esenciales si hemos decidido ponerlos.
Mezclamos a baja velocidad con la batidora o a mano y listos para enmoldar !
Enmoldar, cortar y conservar el jabón casero
Podemos usar muchos tipos de moldes distintos, aunque si usamos moldes de madera será necesario forrarlos con papel de horno o vegetal.
En la foto tenéis algunos ejemplos: moldes de silicona, vasos de yogur, tetrabricks… y un molde específico para jabón hecho de metacrilato, que es el que hemos usado en este caso.
Una vez dentro del molde o moldes, podemos envolverlo con una toalla para permitir el proceso de gelificación. Recomendamos antes poner papel film o un cartón en la parte superior para no manchar la toalla. Así lo reservamos hasta el momento de sacarlo del molde.
Este jabón necesitará unos dos días para solidificarse y poder sacarlo del molde y cortarlo si es necesario (dependerá del molde o moldes usados).
Pasados estos dos días, desenvolvemos nuestro jabón, que ya debería ser suficientemente sólido. En esta fase, el jabón aún es corrosivo por lo que es necesario usar guantes también durante el proceso de desmolde. Puede que nos encontremos con que haya soltado un poco de líquido. Esto puede suceder en los primeros días de curado del jabón.
Para cortar el jabón podemos usar distintos instrumentos: cuchillo, espátula, cortador de verduras, cortador de queso… o incluso cortadores específicos para jabón.
En nuestro caso, comenzamos con el cortador de queso ( con el alambre de recambio del cortador) pero el jabón no estaba lo suficientemente duro y seguimos con la espátula para poder separar mejor los trozos unos de otros. Os recomendamos usar una regla como guía si queréis que los trozos sean del mismo tamaño.
Finalmente, colocamos nuestros futuros jabones sobre una rejilla o sobre madera para que se aireen y los dejamos curar un mínimo de 6 semanas debido a los tipos de aceites usados y el alto sobreengrasado.
Es recomendable ir girando los jabones de vez en cuando para asegurar un secado óptimo.
Para guardarlos durante mucho tiempo sin que pierdan sus propiedades, lo mejor es que los envolváis con tela o papel (materiales transpirables) y los guardéis en sitios secos y ventilados, encima de algún estante de madera o dentro de una caja de cartón. Es importante que el jabón pueda seguir respirando y, sobretodo, alejarlos de la humedad.
A partir de estas 6 semanas ya podéis usarlo con tranquilidad, aunque, según dicen: cuanto más tiempo de curación, mejor jabón 😉
Lídia Jiménez dice
Fantàstic post Anna! Moltes gràcies! Quines ganes de fer sabó casolà!!!:)
Elsa dice
Me gustó tu explicación esta muy lindos
Cati CosmeticNat dice
Hola! Nos alegra que te guste nuestro post. Bienvenida a CosmeticNat.
Maribel dice
Me gustó mucho su receta de jabón casero para bebé, como bien dicen la piel de bebé es extremadamente sensible y hay que tener mucho cuidado con qué tipo de sustancias utilizamos con ellos. Desconocía que se pudiera utilizar sosa cáustica porque suponía que estaría contraindicado pero ahora me quedo más tranquila. Muy bueno el consejo de ir girando los jabones cada poco tiempo para que se sequen óptimamente, les felicito por el artículo está realmente bien.
Cati CosmeticNat dice
Hola Maribel! Bienvenida a CosmeticNat. Qué bien que te guste nuestro post sobre jabón casero.
Tissana dice
Estaba buscando esta receta… Gracias!
Cati CosmeticNat dice
Hola Tissana. Nos alegra que hayas encontrado una receta de tu agrado. Te deseamos que disfrutes preparando tu propio jabón para bebé.
Carmen dice
Hola yo ya lo hice, pero una amiga a la que se lo regalé me dice que al usarlo queda algo baboso, creo que es normal no? es un jabón casero…
Cati CosmeticNat dice
Hola Carmen! Bienvenida a CosmeticNat. Nos alegra oir que te hayas apuntado a preparar tu propio jabón casero.
Sobre tu pregunta, en este caso es normal ya que lleva un porcentaje muy alto de aceite de oliva y la espuma que hacen los jabones con aceite de oliva es muy diferente a la que estamos acostumbrados, aportando esta textura que comentas. En el caso de otros aceites, cada uno aporta propiedades distintas y por lo tanto el tipo de espuma que hacen también será distinta a la que producen el aceite de oliva o los jabones convencionales.