Por mucha prevención que se haga, la varicela en niños es muy común y en la mayoría de los casos tampoco es una enfermedad grave. Más bien se acaba convirtiendo en una enfermedad molesta por los síntomas que da en los niños y a esto se le suma que según a qué edades la sufren, no tienen mucha conciencia o ninguna sobre que no deben rascarse. Es por eso que queremos ofreceros opciones naturales para reducir al máximo los típicos síntomas y molestias que les puede ocasionar.
¿Qué es la varicela?
La varicela es una enfermedad vírica muy contagiosa ocasionada por el virus Varicela zoster. Es una enfermedad común en niños, aunque a veces también se da en adultos, que se caracteriza por la aparición de una erupción generalizada de vesículas. Siempre es mejor haberla pasado de pequeño porque en el caso de los adultos aumenta el riesgo de posibles complicaciones.
¿Cómo se contagia la varicela?
La varicela se contagia por medio de microgotas, que contienen el virus, expulsadas mientras hablamos, tosemos, estornudamos o por contacto directo con las lesiones. Debido a este tipo de contagio es tan habitual en niños, ya que el contacto que tienen entre ellos es más cercano del que suelen tener los adultos.
Es muy difícil evitar el contagio de esta enfermedad: por un lado el periodo de incubación puede ser de 10 hasta 21 días. Por otro lado, durante estos días puede dar síntomas de malestar y fiebre pero no se relacionan con la varicela hasta que no aparece la erupción, además el pico de contagio se da pocos días antes de la aparición de las erupciones vesiculosas.
La varicela deja de ser contagiosa en el momento que todas las vesículas han pasado a ser costras.
Hay que tener en cuenta otro dato, si ya se ha pasado una vez ya no se puede volver a contraer la misma enfermedad, aunque en adultos existe una variación de esta enfermedad. Se conoce como herpes zóster y se da en adultos que han sufrido la varicela. El mecanismo de acción es que el virus Varicela zóster, durante el primer contagio, llega a las terminaciones nerviosas de la piel y migra hacia las cadenas de ganglios linfáticos situadas cerca de la médula espinal. Una vez se ha pasado la enfermedad el virus puede quedar latente en el cuerpo y en edad adulta, cuando se da una bajada importante del sistema innmunitario, este virus se puede reactivar en forma de herpes zóster, dando lugar a la típica erupción vesiculosa que se da en franjas, siguiendo el recorrido de un nervio por el tronco.
Síntomas de la varicela en niños
Cuando aparece la varicela en niños, y también en el caso de algunos adultos, podemos reconocerla por la aparición de los siguientes síntomas:
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Falta de apetito
- Cansancio
- Erupción en forma de vesículas
Si aparecen estos síntomas en nuestros hijos es que están pasando la varicela. Puede que no se den todos los síntomas a la vez pero el síntoma indudable de que tu hijo tiene la varicela es la aparición de vesículas.
Suelen aparecer en tronco, cara y cuero cabelludo. Aunque en los casos más graves pueden aparecer vesículas en las extremidades o llagas en boca, párpados, ano y vagina.
Una complicación habitual de la varicela en los niños es la sobreinfección de las lesiones, y se da por el rascado continuo.
Proceso de la varicela
El proceso de esta enfermedad es el siguiente:
- Aparición de manchas rojizas. Es la primera señal clara de que nuestro hijo se ha contagiado con la varicela.
- Transformación de las manchas en vesículas. Gradualmente todas las manchas pasan a ser vesículas. Están repletas de líquido y causan mucho picor.
- Rotura de las vesículas. También de forma gradual, estas vesículas se irán rompiendo. El contacto directo con el líquido que contienen las vesículas es uno de los momentos de posible contagio.
- Formación de costras. Una vez rotas, las vesículas acaban formando costras. Cuando sólo quedan costras la varicela deja de ser contagiosa.
- Desprendimiento de las costras. En este momento, cuando ya no queda ninguna costra se da por finalizado el proceso.
¿Cómo aliviar la varicela en niños?
Todas las pautas que damos sirven perfectamente en el caso de los adultos, pero como es más habitual en niños las explicaciones siempre van más dirigidas para aplicar en esta franja de edad.
- No rascar. Es muy importante hacer entender al niño que no debe rascarse, siempre que tenga la edad adecuada para comprenderlo. De todos modos, todas las pautas a seguir persiguen siempre calmar el picor para facilitar esta tarea a los niños.
- Estimular el sistema inmune. Puedes vaporizar aceite esencial de ravintsara en el salón de casa. Se recomienda una media hora como máximo tres veces al día, siguiendo siempre las dosificaciones recomendadas por el fabricante. Con un sistema inmune fuerte el cuerpo del niño podrá luchar mejor contra este virus.
- Bañar con frecuencia. Es importante bañarlo a menudo. Para ello añade al agua del baño un vaso de copos de avena molidos. Con la avena conseguirás calmar la piel.
- Secar bien el cuerpo. Es muy importante que no comparta la toalla para evitar posibles contagios.
- Rociar la piel con hidrolato de manzanilla. Además de calmar los picores evita las infecciones manteniendo las heridas limpias, en caso de que las haya. Puedes aplicárselo las veces que sea necesario durante el día para calmar y refrescar la piel.
- Aplicar aceite. Con la piel todavía húmeda por el hidrolato aplica una mezcla de aceites específicos en el cuerpo. Más adelante hablaremos sobre los aceites y aceites esenciales más adecuados y las proporciones que debes usar.
- Aplicar arcilla blanca. Entre otros efectos es analgésica y antiinfecciosa. Aplícala durante el día las veces que sea necesario, es preferible el uso de arcilla al uso de polvos de talco o calamina.
- Aplicar aceite de rosa mosqueta. Debes empezar a usarlo desde que aparezcan las primeras costras hasta que se caiga la última. Aplica este aceite directamente sobre las costras varias veces al día. Favorecerás la cicatrización de las heridas y evitarás que quede cicatriz. Con estas aplicaciones acelerarás el proceso de renovación de la piel.
Fórmula calmante para la piel
Los ingredientes para preparar la fórmula calmante son los siguientes:
- Aceite de caléndula. Es un gran calmante para la piel y favorece los procesos de cicatrización.
- Aceite esencial de manzanilla. Es antiinflamatorio, calma los picores y es analgésico.
- Aceite esencial de árbol del té. Es un gran antiséptico: antibacteriano y antivírico.
- Aceite esencial de lavanda. Ejerce un efecto calmante sobre la piel, repara los tejidos y ayuda a dormir por la noche ya que es relajante.
Las proporciones de los aceites esenciales y los tipos de aplicación que vayas a usar van a depender de la edad de tus hijos. Los aceites esenciales arriba mencionados son seguros para los niños, recuerda que muchos de los aceites esenciales existentes no deben aplicarse en nuestros pequeños. Y la dosificación y aplicación depende de la franja de edad en la que se encuentren, no es lo mismo un bebé de 6 meses que un niño de 8 años. Así que para que puedas usarlos de manera segura te facilitamos una tabla para que puedas preparar la mezcla adecuada y decidir qué tipos de aplicación puedes hacer.
Diluciones de los aceites esenciales
Según la franja de edad se diluye una cantidad de aceite esencial específica en aceite vegetal. Recuerda que los aceites esenciales son ingredientes muy concentrados y con una gran acción terapéutica así que siempre conviene manejarlos con precaución y especialmente cuando hay que aplicarlos en niños.
Edad | Aceite Esencial | Aceite Vegetal |
De 3 a 6 meses | 1 gota | 20 ml |
De 6 meses a 2 años | 1 gota | 10 ml |
De 2 a 5 años | 1 gota | 5 ml |
De 5 a 10 años | 2 gotas | 5 ml |
Más de 10 años | De 2 a 5 gotas | 5 ml |
Por ejemplo:
En el caso de un niño de 3 años usaremos las siguientes proporciones:
- 30 ml de aceite de caléndula
- 6 gotas de aceites esenciales que podemos repartir de la siguiente forma: 2 gotas de manzanilla, 2 gotas de árbol del té y 2 gotas de lavanda.
Tipos de aplicación de los aceites esenciales
A partir de 3 meses
- Vía tópica. Diluciones muy bajas en aceite vegetal (ver cantidades en la tabla).
- Vía atmosférica. Con difusor, pero sólo un máximo de 3 veces al día durante como mucho media hora. Es muy importante que la difusión de esencias se haga en un espacio grande y abierto, como la sala de estar, y no en una habitación cerrada.
A partir de 12 meses
- Vía tópica. Siempre siguiendo las diluciones en aceite vegetal según franja de edad.
- Vía atmosférica. Por difusión de esencias y siguiendo siempre los consejos de uso y las normas de seguridad (siempre en espacios amplios y abiertos, con tiempos de difusión limitados).
- En el baño. A partir de esa edad es seguro añadir aceites esenciales en el agua del baño.
Siguiendo estas pautas conseguirás aliviar a tus hijos el paso de esta enfermedad. Ya que no sólo estás aliviando el picor, también estás favoreciendo la cicatrización, evitando la sobreinfección, desinflamando la zona y disminuyendo el dolor que puedan sufrir. Recuerda que la naturaleza pone a tu alcance una gran variedad de remedios que abarcan todos los síntomas que está pasando tu hijo. No dudes del poder que tienen las plantas y sus derivados.
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